La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia fue publicada en Febrero 1 de 2007 tras un largo proceso legislativo. La importancia de esta ley, radica en establecer jurídicamente que es un derecho humano de las mujeres, una vida libre de violencia
De los diferentes tipos de violencia hay tres que son ampliamente conocidos:
Física: Empujones, rasguños, bofetadas, patadas, puñetazos, etc. Es el tipo de violencia más evidente debido a las marcas, moretones o fracturas que provoca.
Psicológica: Insultos, gritos, humillaciones, sometimiento, manipulación, abandono emocional, entre otros. Es la violencia más común, de hecho, suele anteceder a la violencia física.
Sexual: tocamientos, besos o cualquier tipo de contacto sexual no deseado. Muchas mujeres creen que es su obligación ceder ante las peticiones sexuales de su pareja, pero inclusive en el matrimonio, el contacto sexual indeseado es considerado violación.
Dentro de la relación de pareja se pueden presentar dos tipos más de violencia hacia la mujer éstos no suelen ser entendidos como violencia tal cual, pues gran cantidad de mujeres los confunde con actitudes que forman parte del carácter de su pareja. Estos dos tipos de violencia son:
Económica: controlar de manera excesiva los gastos, no cooperar en las obligaciones económicas compartidas, negarse a realizar acuerdos económicos, exigir una rendición meticulosa de cuentas, prohibición de compras sin previa supervisión del hombre, posesionarse de los ingresos de la mujer para controlar sus gastos, etc.
Patrimonial: apoderarse de objetos o documentos personales y oficiales de la mujer y/o de los hijos como: actas de nacimiento, pasaportes, VISA, IFE, CURP, RFC, escrituras o títulos de propiedad, etc., con la finalidad de evitar que la mujer abandone la relación o haga cualquier movimiento que el agresor supone le perjudicará a él.
La mejor manera de contrarrestar la violencia de género es prevenirla tratando sus orígenes y causas profundas. La prevención debe comenzar en las primeras etapas de la vida, mediante la educación de niños y niñas que promueva una vida digna para todas y todos y que se base en el respeto mutuo de los derechos humanos a través de la igualdad de género.